La construcción prefabricada existe hace bastante tiempo, sin embargo, los cambios recientes en la tecnología han llevado a la industria a un nuevo nivel. Está surgiendo una arquitectura sistematizada que democratiza la accesibilidad a las tipologías de vivienda de alto diseño, optimiza el complejo proceso de construcción, por ejemplo con la aplicación de BIM que genera procesos más eficientes y productivos. Con el uso de robótica y 3d Printing se reduce la producción de residuos gracias a la mejora en el uso de los insumos, y tantos otros avances que nos sorprenden día a día. Es por esto que para nosotros es importante abrir la conversación sobre la mecanización, las herramientas y las personas detrás de la aplicación de estas tecnologías que son el futuro de la arquitectura.

Son muchos los términos que se han utilizado históricamente para referirse a los procesos de construcción y armado en donde la tecnología, en especial la máquina, cumple un papel fundamental. Automatización, industrialización, prefabricación o mecanización son frecuentemente usados como sinónimos, evocando un sinnúmero de opiniones y preguntas en la comunidad arquitectónica internacional que van desde si el ser humano será reemplazado por las máquinas o si esto sería imposible dada la complejidad de los problemas y particularidades que el arquitecto debe contemplar sobre todo en las etapas tempranas de conceptualización, o si nos encontramos ante el fin de las técnicas artesanales o vernáculas como las conocemos. Otros se plantean un panorama menos existencial, más orientado hacia la eficiencia e innovación al servicio de soluciones a problemas globales como el alto costo de las viviendas en el mundo entero, siendo una alternativa de mayor calidad y menor costo para producir, por ejemplo, viviendas de interés social o espacios urbanos seguros para comunidades vulnerables.

UN POCO DE HISTORIA

Para descubrir juntos la evolución y posibles caminos a futuro, repasamos algunos de los hitos históricos que acompañaron la relación entre humanos y máquinas producto de la revolución industrial.

Empezaremos por traer la atención hacia un mega proyecto que cambió el juego para los arquitectos de la época, se trata de el Crystal Palace de Joseph Paxton, construido en 1851 en el Reino Unido. El palacio fue el primer gran edificio público que se alejó de los cánones tradicionales de construcción, tanto por los materiales utilizados como por los métodos empleados. El gobierno inglés hizo un concurso público para escoger el diseño de la estructura donde se celebraría la Gran Feria Universal de Londres, el cual Paxton ganó al presentar la opción más económica y rápida de ejecutar para la realización de un invernadero de 72.000 m2. Según las investigaciones del Profesor alemán Bill Addis acerca de la historia de la ingeniería estructural y la el diseño para la construcción en el mundo:

“Crystal Palace fue el primer edificio importante concebido por sus ingenieros de diseño, William Barlow y Charles Fox, como una estructura de hierro con juntas rígidas y uno de los primeros en utilizar arriostramientos transversales horizontales y verticales para soportar cargas de viento. Trabajando en estrecha colaboración con el contratista John Henderson, los diseñadores también aplicaron su conocimiento de los métodos modernos de ingeniería de producción para garantizar que el edificio se construyera en el increíblemente corto tiempo de 190 días. Al corto tiempo la estructura de hierro, que soporta paredes delgadas de mampostería, se estableció como una alternativa viable a las paredes de mampostería de carga para edificios grandes”.

Algunos años más tarde, iniciando el siglo XX, Le Corbusier fue comisionado para proponer algunas soluciones a través de la prefabricación y producción en masa de casas. En el compendio Le Corbusier, Oeuvre complète, volume 1, 1910-1929 el famoso arquitecto cuenta:

“H. Frugés, un industrial altruista de Burdeos, nos dijo:

‘Voy a permitir realizar tus teorías en la práctica, hasta sus consecuencias más extremas (…) En resumen: le pido plantear el problema de un plan de viviendas, de encontrar un método de estandarización, para hacer uso de las paredes, pisos y techos conforme a los requisitos más rigurosos de rigidez y de eficiencia guiando los verdaderos métodos de producción en masa tipo taylor mediante el uso de las máquinas que te autorizaré a comprar’ “.

Mientras tanto, en Estados Unidos, destacaron proyectos como las viviendas por catálogo, también conocidas como kit houses, mill-cut houses, pre-cut houses, ready-cut houses o mail order homes. Las piezas venían listas para ensamblar, incluyendo todos los componentes de montaje provistos por el fabricante, salvo aquellos a realizar en la obra, como las cimentaciones. Con la producción en serie de los elementos constructivos, de modulación estructural y carpintería se redujeron los tiempos de ejecución en un 40%, lo cual significó para la compañía fabricante millones en ventas.

La primera mitad del siglo XX estuvo llena de experimentos con diferentes tipos de materiales que se iban sumando conforme la tecnología se desarrollaba, en su mayoría producto de las guerras mundiales y sus estados de bienestar subsecuentes. En América, en la década de los treinta, vale la pena mencionar las General Houses (General Electric) y la Motohome (American Houses), las cuales aplicaban en sus construcciones avances de la industria en la realización de paneles portantes, inicialmente de acero, con núcleo de aislamiento térmico.


SÍMBOLO DEL MUNDO INDUSTRIAL CONTEMPORÁNEO

Entre 1954 y 1958 se construyó la Torre Seagram, ubicada en Park Avenue, Nueva York (Estados Unidos), hoy considerado un ícono del mundo industrial contemporáneo, ya que representa la materialización del lema “menos es más” de su creador, el arquitecto alemán Mies van der Rohe.

Desafiando los cánones estilísticos del momento, Van der Rohe –en colaboración con el arquitecto americano Philip Johnson– decidió liberar un espacio próximo al edificio para diseñar una plaza pública con bancas para sentarse y dos grandes fuentes. De esta forma, no sólo creó una distancia necesaria con respecto a la calle para darle protagonismo al edificio, sino que además apostó por el urbanismo y la democratización de los espacios públicos.

Durante su construcción se consideró una obra revolucionaria debido a muchos factores, desde su estética modernista industrial –que se extiende sin límites entre el interior y el exterior del edificio– hasta los diversos e innovadores materiales utilizados. La estructura, de 39 pisos, combina una trama de acero y un núcleo de hormigón armado, así como madera. Su base estructural de acero era algo que nunca se había utilizado para edificios de oficinas con una altura semejante.

LA ERA DE LA AUTOMATIZACIÓN

Desde la década del ochenta, el acelerado desarrollo tecnológico introdujo las computadoras en la ecuación, las cuales permitieron construir redes entre dispositivos independientes para comunicarse dentro de un solo sistema. Esto significó un salto gigante para la industria del diseño y la edificación, no sólo en términos de los avances en las cadenas de producción y ensamblaje en las fábricas, sino también incorporando en los procesos cotidianos tecnología que permitió automatizar tareas que antes eran manuales, como es el caso de los termostatos automáticos, sistemas de alarma, sensores de humo, entre tantos otros que iniciaron el proceso de lo que en los noventa se conoció como edificios inteligentes, que a pesar de las críticas que suscitó por parte de ambientalistas y escépticos, incorporó como estándar la preocupación por los procesos de diseño, las técnicas y el medio ambiente.

Por su parte, la disponibilidad de softwares especializados permitió hacer más eficiente cualquier obra desde su etapa temprana para prever el éxito de su ejecución. En particular, los BIM permiten a los arquitectos combinar los recursos técnicos y multidisciplinarios disponibles para que un proyecto sea más inteligente desde su concepción, en términos económicos, de seguridad, tiempo e impacto ambiental.

La inteligencia artificial cobra cada día más una especial relevancia, aportando eficiencia (aminora el márgen de error), compatibilidad entre programas o equipos, la posibilidad de hacer configuraciones nunca antes pensadas y desarrollar soluciones ultraespecializadas. Recientemente, Jason Ballard, CEO & Co-Founder de ICON 3D, dijo en una entrevista: “La misma tecnología que abordará los desafíos de la vivienda en la Tierra, nos permitirá aventurarnos en el espacio”, refiriéndose a una colaboración que hará su compañía con NASA para la confección de prototipos de bases espaciales para futuras misiones a la luna.

¿Cómo piensas tú que pueden aportar la mecanización y automatización en los procesos de diseño y arquitectura en la actualidad?

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