Actualmente, existe mucho discurso alrededor de la industria de la impresión 3D y los avances que hemos tenido en esta tecnología desde sus inicios en los años 80, conoce más sobre la historia de la mecanización en nuestro artículo anterior. Las impresoras 3D han revolucionado muchas industrias, una de ellas siendo la industria de la arquitectura y el diseño.

Arquitectura, abarca tanto el proceso, planificación, diseño y construcción de estructuras físicas. Estas tres etapas, el proceso de trabajo de un arquitecto, se ven realmente beneficiadas por esta tecnología. A la vez, hablamos de los muchos beneficios que representa para el planeta Tierra, en término de la reducción de la huella de carbono.

 

Pero, entendemos ¿cómo exactamente funciona la impresión 3D?

Existen múltiples modelos de realización, todas relacionadas con la forma en que se deposita el material para crear el objeto final. El material se calienta hasta que se vuelve líquido y luego se deposita a través de la boquilla de impresión. Utilizando información del CAD o un software de modelado, el diseño se “divide” en secciones 2D para que la boquilla sepa dónde debe ir el material. La boquilla coloca el material en capas delgadas, dependiendo de la escala del proyecto.

El proceso de producción tradicional no es considerado como sostenible. Los desechos globales están en su punto más alto: se espera que aproximadamente 1,300 millones de toneladas de desechos por año aumenten a 2,200 millones de toneladas en solo 3 años. El primer indicio que esta tecnología podría representar un futuro más sostenible, es el uso de materiales reciclados para producir el producto. Hasta el 95% de los materiales utilizados en impresión 3D son derivados de otros recursos.

Junto con los materiales reciclados, se pueden utilizar los polímeros de base biológica, productos comerciales e industriales compuestos en su totalidad, o en parte significativa, de materiales biológicos o agrícolas. Los polímeros de base biológica requieren una temperatura más baja que puede reducir la cantidad de energía consumida durante la impresión.

Otro beneficio que apunta esta tecnología a la contribución de la mejora de nuestro futuro, es el aumento en la eficiencia del proceso de producción, así como el tiempo y la energía necesarios para llevar los productos a su destino.

Conversamos con Manuel Jiménez García, cofundador del estudio de diseño español, Nagami sobre la impresión 3D y el rol que cumple en la creación de un planeta más sostenible. Nagami es un estudio que explora el futuro del diseño en una nueva era tecnológica, por medio de la investigación y la innovación.

 

¿Es la impresión 3D la ruta a un futuro más sostenible?

Absolutamente. En primer lugar, la impresión 3D es una tecnología increíblemente limpia. Establece una cadena de producción realmente corta (desde un archivo digital hasta la impresora). Es compacto y versátil, lo que permite la creación de múltiples objetos con una sola máquina, evitando la necesidad de mantener un stock. Con la impresión 3D podemos producir bajo demanda, gastando material y energía sólo cuando sea necesario.

A medida que va aumentando la escala de la impresión en 3D, esta se está convirtiendo en una alternativa real a la mayoría de los procesos industriales que utilizamos actualmente, introduciendo la fabricación distribuida que reduce enormemente las emisiones de CO2 de los envíos de largo alcance.

La otra gran contribución al medio ambiente está relacionada con el material utilizado. En particular, a medida que aumenta la escala de la impresión 3D con plásticos reciclados, aumenta la demanda de ese material y, por lo tanto, acelera el proceso de limpieza de nuestros vertederos y océanos a medida que se multiplica el número de solicitudes de material de desecho.

 

¿La impresión 3D será capaz de reemplazar las formas convencionales de construcción y diseño?

Todavía estamos en los primeros días, pero hemos visto cómo la impresión 3D ha evolucionado desde la creación de prototipos y artículos para el hogar hasta muebles, esculturas de gran formato, interiores y fachadas. A medida que la impresión 3D entre en el dominio del diseño y la arquitectura, surgirán nuevas soluciones para piezas estructurales y elementos de construcción, lo que conducirá a la progresión de esta tecnología para asumir un papel mucho más importante en la industria de la construcción.

¿Cuáles son algunas de las desventajas que puedes percibir?

La impresión 3D a gran escala aún es bastante experimental, incluso si permite mucha más libertad geométrica que la fabricación tradicional, tiene algunas limitaciones para su uso en algunas aplicaciones. Si bien las impresoras 3D de escritorio pueden usar materiales de soporte y mezclar diferentes acabados en la misma impresión, la tecnología de impresión 3D a gran escala es aún mucho más limitada.

En el frente material, también hay margen de mejora. La investigación sobre polímeros y tecnología de reciclaje está evolucionando rápidamente, lo que permite una mayor flexibilidad en los acabados, la protección contra incendios y la resistencia. Todavía es pronto para pensar que el plástico reciclado sustituirá al hormigón armado o aún, pero definitivamente navegamos para convertirnos pronto en una alternativa real más sostenible.

La impresión 3D es una industria que le falta muchísimo recorrido. Debemos terminar de entender cuáles serán las implicaciones en la industria. A medida que los científicos y profesionales continúen trabajando en esta maravilla de la fabricación, desarrollarán nuevas y mejores formas de generar menos desechos y usar menos energía, haciéndola más sostenible.