Striatus, es un proyecto creado por la firma de arquitectura Zaha Hadid Architects junto con ETZ Zurich, desarrollado por Block Research Group, la empresa incremental3D y Holcim. Striatus, es un puente impreso en 3D basado en la economía circular y con la sostenibilidad en su centro como parte de su desarrollo. Es un diseño que cimienta su fuerza en la geometría, la cual revive las técnicas tradicionales de maestros del pasado, todo en una estructura que se sostiene sola por compresión. Sin duda, un proyecto que deposita su fortaleza en la tecnología.

La impresión 3D, aunque ha estado presente desde mediados de 1980, la hemos visto surgir en los últimos años como prueba ejemplar de lo que es la mecanización de la arquitectura. Es el proceso de crear objetos físicos a partir de modelos digitales. Esto se logra por la yuxtaposición de materiales hasta crear el objeto físico en su totalidad.

¿Cómo inició la impresión 3D? Este proceso guarda varios orígenes.

En 1980, el diseñador de automóviles japonés Hideo Kodama, buscaba un nuevo método de creación de prototipo rápido. Kodama, solicitó un registro de una patente para un sistema que utilizaba resina y rayo láser. En ese momento, era el primer registro de patente hacia un sistema que se asemejaba a lo que es la impresión 3D hoy en día.

No fue hasta 1984 que en Francia se presentó una patente para un proceso de estereolitografía o SLA, conocida como fabricación óptica (y actualmente, impresión 3D) por los inventores franceses Alain Le Méhauté, Olivier de Witte y Jean Claude André.

Ese mismo año, el inventor de Colorado Charles Hull registraba también su patente para el proceso que él llamaba “Aparato para Producción de Objetos Tridimensionales por Estereolitografía”. Hull buscaba también una manera rápida de producir pequeñas piezas personalizadas, mientras realizaba su trabajo en una fábrica de muebles. El mismo desarrolló un sistema para prototipar en el cual curaba resina fotosensible con una lámpara UV hasta crear su pieza, capa por capa. Finalmente, obtuvo su patente en 1986 y posteriormente, fundó su empresa denominada 3D Systems, una de las mayores empresas de impresión 3D actualmente. “Chuck” Hull revolucionó la industria de la impresión 3D e inició una de las mayores olas de innovación de las últimas décadas.

Después de la invención del SLA, cuantiosas tecnologías fueron desarrolladas, como el Sintetizado Láser Selectivo o SLS, patente registrada en 1988 en la Universidad de Texas y posteriormente, el modelado por deposición fundida o FDM en 1989, también patentada en Estados Unidos.

En la década de los 1980, inventores y diseñadores crearon las fundaciones en las que se construyó esta tecnología. Hoy en día, existen diversas otras técnicas que abarcan la impresión 3D en todas las industrias. Algunas son: Digital Light Process (DLP), Multi Jet Fusion (MJF), PolyJet, Direct Metal Laser Sintering (DMLS), y Electron Beam Melting (EBM), entre otras.

En la arquitectura, empresas y profesionales empezaron a experimentar con la unión del diseño y la impresión 3D hace varios años. Hoy en día, encontramos desde cabinas, fachadas, estructuras modulares y prefabricadas creadas bajo una de estas técnicas antes mencionadas. Muchos de ellos notaron los numerosos beneficios que aporta la creación del objeto bajo el modelado digital.

La industria de la arquitectura, el diseño y la construcción es una de las industrias más contaminantes, responsable del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta razón es una de las más cruciales para evaluar el uso de la impresión 3D en la arquitectura. Este proceso reduce el consumo de materiales en la etapa de prototipado y producción del producto debido al incremento substancial de la precisión en el uso de recursos. Esto se traduce a procesos más limpios, menos dispendiosos y más verdes.

Otros de los beneficios que nos brinda esta tecnología, es la alta personalización y libertad de diseño que proporciona a arquitectos y diseñadores. La misma provee versatilidad, ventajosa a la hora de modelar y probar múltiples diseños, desde los más sencillos hasta diseños realmente complejos. La impresión 3D proporciona indirectamente una sinergía entre espacio y producto, al permitir la maleabilidad del diseño y fácil corrección de faltas.

En 2013, Landscape House se empezó a gestar como el primer proyecto arquitectónico en impresión 3D, por el arquitecto holandés Janjaap Ruijssenaars y su firma con sede en Róterdam, Universe Architecture. Este proyecto no fue concebido para ser creado con una impresora 3D, pero el Arquitecto Ruijssenaars concluyó que por estas razones y muchas otras, era la mejor manera de realizar el proyecto.

Junto con Royal Bam Group, constructora holandesa con sede en Bunnik en Países Bajos, diseñaron una impresora gigante llamada 3D Builder, la primera de su tipo en el que la tecnología de impresión está vinculada a la robótica de la industria automotriz. Tanto la impresora como el diseño, fueron pioneros en la utilización de la impresión 3D en la arquitectura.

Actualmente, se está llevando a cabo uno de los proyectos de impresión 3D más grandes, diseñado por HANNAH Architects junto con la empresa COBOD de impresión digital, específicamente el proyecto más grande construido en Estados Unidos. Esta casa residencial de 4,000 pies cuadrados muestra las posibilidades de la tecnología de impresión 3D, la personalización masiva y las soluciones de diseño que integran los métodos de construcción convencionales.

Si bien América del Norte lidera en términos de la cantidad de edificios impresos en 3D, Europa y Medio Oriente claramente lideran el uso de la tecnología de impresión 3D para crear edificios cada vez más grandes. Con sus 9,9 m de altura total, la Villa de Arabia Saudí es el edificio impreso en 3D in situ más alto del mundo, parte del proyecto Saudi Arabia 2030.

Como siguiente paso, está la planificación urbana, y la integración de métodos avanzados para la construcción de puentes, parques, pueblos y hasta ciudades impresas en 3D. La impresión 3D sirve de apoyo en la comprensión humana de los aspectos espaciales de un entorno físico donde interactúan muchas preocupaciones a la hora de integrar una obra en sus alrededores.

La impresión 3D es un hito y pieza esencial en el desarrollo de la mecanización de la arquitectura. Sin duda, evoca temas futuristas y abre la conversación hacia otras temáticas, tales como la robótica y hasta el uso de inteligencia artificial, los cuales estaremos cubriendo en Pertanto muy pronto.

¿Qué te parece esta tecnología? ¿Podría ser el siguiente para un futuro más sostenible y cuál crees que es el siguiente paso?

Te leemos.