La presencia de la mujer en el mundo de la arquitectura ha sido una narrativa marcada por desafíos, logros notables y persistencia en un campo históricamente dominado por hombres. Desde tiempos antiguos hasta la era contemporánea, las mujeres han dejado una huella significativa en la arquitectura, a pesar de enfrentar obstáculos estructurales y sociales.

En las antiguas civilizaciones, se registran huellas de mujeres que desafiaron las convenciones de género para dejar su marca en la arquitectura. Aunque a menudo se subestima su influencia, figuras como Enheduanna, sacerdotisa y poetisa sumeria, destacan por su participación en la construcción de templos, contribuyendo tanto en la esfera religiosa como en la arquitectónica.

En la Grecia antigua, figuras como Aspasia, reconocida por su inteligencia y elocuencia, desafiaron los límites de género al influir en la arquitectura y la filosofía. Aunque se la conoce principalmente por su relación con líderes influyentes, se cree que su influencia se extendía a esferas creativas y arquitectónicas, aunque las evidencias específicas sean escasas. Este período marcó un momento de cambio incipiente, donde algunas mujeres lograron trascender los roles sociales asignados y contribuir a disciplinas intelectuales y creativas.

Bauhaus Girls, en las escaleras de la Bauhaus en Dessau, 1927. Cortesía de T. Lux Feininger, Bauhaus-Archiv, Berlín

La historia temprana de la arquitectura también revela a mujeres como Artemisia Gentileschi en el Renacimiento italiano, reconocida por su talento artístico pero cuyo aporte en el diseño arquitectónico ha sido menos destacado. Su creatividad y habilidades en las artes visuales sirvieron como catalizador para desafiar las expectativas de género, aunque su influencia en la arquitectura ha sido eclipsada en gran medida por la de sus contemporáneos masculinos.

Estos fragmentos históricos, a menudo relegados a las periferias de los relatos tradicionales, apuntan a una constante: mujeres desafiando las limitaciones impuestas por la sociedad para dejar su impronta en la arquitectura. A pesar de la falta de detalles precisos, estas figuras emergentes representan un comienzo en la narrativa de mujeres que han contribuido a la arquitectura desde sus primeros días, una historia que aún está siendo descubierta y reevaluada en la actualidad.

A lo largo de la historia, las mujeres encontraron barreras institucionales y culturales que limitaron su participación en la arquitectura formal. A pesar de esto, destacadas figuras como Sophie Taeuber-Arp, una influyente artista y diseñadora suiza, desafiaron las convenciones de su tiempo y contribuyeron con su visión innovadora en la arquitectura y el diseño.

Composición con círculos y semicírculos, 1938. Sophie Taeuber-Arp

Composición vertical-horizontal, 1963. Sophie Taeuber-Arp

Composición con círculos y semicírculos, 1938. Sophie Taeuber-Arp

Si bien Sophie Taeuber-Arp no era arquitecta en el sentido convencional, su influencia en la arquitectura radica en su enfoque multidisciplinario y su capacidad para integrar el arte en diversas formas de expresión creativa. Su trabajo en diseño textil y sus exploraciones en el arte abstracto y geométrico tuvieron impacto en la concepción de espacios arquitectónicos y en la decoración de interiores. Taeuber-Arp tenía una visión holística del arte y el diseño, y su enfoque en la abstracción geométrica y el uso de formas simples y colores vibrantes influyó en la estética de la arquitectura moderna. Sus diseños textiles, con patrones geométricos y colores audaces, podrían aplicarse en tapices, cortinas o revestimientos para enriquecer la estética de los espacios arquitectónicos.

Además, su colaboración con arquitectos y artistas contemporáneos, así como su enfoque en la integración del arte en la vida cotidiana, sentó las bases para la idea de que el diseño y el arte podían complementar y enriquecer la experiencia arquitectónica.

El siglo XX presenció un cambio gradual en la percepción de las mujeres en la arquitectura, aunque persistían desafíos de equidad de género. Arquitectas como Zaha Hadid, conocida por su estilo distintivo y visionario, irrumpieron en la escena arquitectónica global, desafiando estereotipos y abriendo puertas para generaciones futuras de mujeres en el campo. El movimiento moderno en arquitectura ha sido testigo de la creciente participación y reconocimiento de otras mujeres en el campo. Algunos ejemplos notables que ilustran esta evolución incluyen:

Eileen Gray: arquitecta y diseñadora irlandesa, conocida por su obra pionera durante la era moderna. Gray desafió las convenciones de su tiempo y produjo diseños innovadores y vanguardistas. Su trabajo más famoso es la Casa E-1027, una villa modernista en el sur de Francia, que destacó por su enfoque funcional y estético en el diseño de interiores y mobiliario.

Eileen Gray, la creadora pionera del movimiento moderno en una exposición única. Cortesía del Museo Nacional de Irlanda.

Ray Eames: junto a su esposo Charles Eames, Ray fue una figura influyente en el diseño moderno del siglo XX. Su trabajo en el diseño de muebles, especialmente en la silla Eames Lounge Chair, se convirtió en un ícono del diseño moderno. Aunque a menudo se le atribuye más reconocimiento a su esposo, Ray fue una diseñadora talentosa y una parte integral del equipo creativo.

Denise Scott Brown: Una arquitecta y urbanista que desempeñó un papel crucial en la teoría y la práctica de la arquitectura moderna. Junto a su esposo, Robert Venturi, fueron pioneros en el movimiento de la arquitectura posmoderna. A pesar de su contribución, Scott Brown ha luchado por recibir el mismo reconocimiento que su esposo, lo que ha llevado a debates sobre la visibilidad de las mujeres en la arquitectura y el reconocimiento de su trabajo.

Ray Eames, la diseñadora americana revolucionó el hogar con sus sillas coloristas y sus formas orgánicas. Cortesía de Arquitectura y Diseño

Denise Scott Brown, la visionaria arquitecta, revoluciona el diseño urbano con innovación y audacia. Cortesía de Robert Venturi

Estos ejemplos representan solo una pequeña muestra de las mujeres influyentes en el movimiento moderno de la arquitectura. A pesar de los desafíos y la falta de reconocimiento generalizado, su trabajo ha sido fundamental para dar forma a la arquitectura contemporánea y ha contribuido significativamente al diseño y la teoría arquitectónica.

Durante las décadas de los 80 y 90, las mujeres en la arquitectura continuaron desafiando las barreras de género y haciendo avances significativos en el campo. Estas décadas marcaron un período de cambio en la percepción de las mujeres en la arquitectura, aunque persistían desafíos en términos de igualdad de oportunidades y reconocimiento profesional.

Zaha Hadid: Reconocida como una de las arquitectas más influyentes del siglo XX, Hadid desafió las convenciones arquitectónicas con su estilo distintivo y vanguardista. Durante los años 80 y 90, comenzó a ganar reconocimiento por su trabajo revolucionario, aunque en sus primeros años enfrentó dificultades para ver realizados muchos de sus diseños visionarios.

Marion Mahony Griffin: Aunque su carrera comenzó mucho antes, su trabajo comenzó a ser más reconocido en estas décadas por su papel fundamental en el diseño y desarrollo de la planificación urbana. Griffin fue una de las primeras mujeres en graduarse como arquitecta en los Estados Unidos y trabajó en colaboración con su esposo, Walter Burley Griffin, en proyectos icónicos.

Capital Hill Residence, near Moscow, Russia (2018) – Zaha Hadid. Cortesía de OKOGroup

Capitol Theatre, Melbourne, Australia (1924) – Marion Mahony Griffin. Cortesía de John Gollings

Kazuyo Sejima: En los años 90, Sejima se convirtió en una figura prominente en la arquitectura japonesa e internacional. Su enfoque en la simplicidad y la integración de espacios interiores y exteriores ha influido significativamente en la estética contemporánea.

Tatiana Bilbao: Aunque emergió más tarde, en la transición entre los 90 y los 2000, Bilbao se destacó por su enfoque en la arquitectura sostenible y contextual. Su trabajo refleja una conexión íntima entre la arquitectura y el entorno natural, abogando por diseños que respondan a las necesidades sociales, culturales y ambientales.

Inujima Art House Project, Okayama (2013) – Kazuyo Sejima. Cortesía de Iwan Baan

Los Terrenos, San Pedro Garza, México (2016) – Tatiana Bilbao. Cortesía de Rory Gardiner

A pesar de los desafíos persistentes en términos de equidad de género, las mujeres han continuado inspirando con sus diseños visionarios, su enfoque multidisciplinario y su capacidad para integrar arte, funcionalidad y contexto en sus obras. El reconocimiento de la labor de las mujeres en la arquitectura es esencial, no solo para la justicia y la igualdad en la profesión, sino también para enriquecer la diversidad de perspectivas, estilos y enfoques en la configuración de nuestro entorno construido.

La narrativa de las mujeres en la arquitectura es una historia de perseverancia, innovación y contribuciones significativas que merece ser celebrada, valorada y promovida. La inclusión y el reconocimiento pleno del talento femenino en la arquitectura son fundamentales para el desarrollo continuo y la evolución de una disciplina que refleje la diversidad y la riqueza de ideas en un mundo en constante cambio.