Nacido en una familia de origen inglés en Wisconsin en 1867, Wright mostró desde joven un interés por la arquitectura. Tras estudiar ingeniería civil brevemente en la Universidad de Wisconsin, se trasladó a Chicago, donde encontró empleo en el estudio de arquitectura de Joseph Lyman Silsbee. Sin embargo, su encuentro con Louis Sullivan, uno de los principales arquitectos de la época, fue fundamental para su desarrollo profesional y su visión sobre la arquitectura.

Trabajar como aprendiz bajo la tutela de Sullivan influyó profundamente en Wright. Adoptó la máxima de Sullivan de “la forma sigue a la función”, lo que significaba que el diseño de un edificio debía estar determinado por su propósito y función, algo que se reflejaba más tarde en su propio trabajo. Tras separarse de Sullivan, Wright fundó su propio estudio en 1893 y comenzó a desarrollar su estilo distintivo, alejándose de la estética arquitectónica convencional de la época.

Wright desarrolló lo que se conoce como el estilo Prairie, caracterizado por líneas horizontales, espacios abiertos y una integración fluida entre el interior y el exterior. Su enfoque en la relación entre el entorno natural y la arquitectura, así como su pasión por la geometría, se reflejó en numerosas obras, donde buscaba crear una experiencia arquitectónica total.

A lo largo de su carrera, Wright enfrenta desafíos tanto personales como profesionales. Su vida personal estuvo marcada por conflictos y tragedias, incluyendo la disolución de su primer matrimonio y la tragedia de la Casa Taliesin en 1914, donde un empleado descontento incendió su residencia, causando la muerte de varios miembros de su familia y colaboradores.

Frank Lloyd Wright (1867-1959) a los 77 años. Cortesía de Getty Images

A pesar de los desafíos, Wright continuó produciendo obras notables y dejando un legado perdurable en la arquitectura. Su enfoque innovador, su habilidad para incorporar la naturaleza en sus diseños y su énfasis en la funcionalidad y la estética lo llevaron a ser reconocido como uno de los arquitectos más influyentes de la historia. A lo largo de su vida, diseñó más de mil estructuras, entre casas, oficinas, iglesias, museos y más, dejando una huella indeleble en la arquitectura moderna.

Wright falleció en 1959, pero su legado persiste a través de su influencia duradera en la arquitectura moderna. Sus ideas sobre la relación entre la arquitectura, la naturaleza y la funcionalidad continúan inspirando a arquitectos y diseñadores en todo el mundo. Su obra ha sido objeto de estudios profundos y ha dejado una marca indeleble en la historia de la arquitectura como uno de los visionarios más destacados e influyentes.

Frank Lloyd Wright trabajando en el estudio de su casa Taliesin West, en Arizona. Cortesía de Getty Images.

El impacto de Wright en la arquitectura es inconmensurable. Su enfoque innovador hacia el diseño no solo rompió con las convenciones tradicionales, sino que también estableció nuevos estándares en la profesión. Se le atribuye la creación del “estilo Prairie”, caracterizado por líneas horizontales, espacios abiertos y una integración fluida con el entorno circundante. Este estilo se manifestó en obras emblemáticas como la Casa Robie en Chicago y la Casa Winslow en River Forest, Illinois.

El estilo Prairie, desafió las convenciones arquitectónicas de la época al centrarse en la horizontalidad, la integración con el paisaje y la creación de espacios orgánicos. Este estilo revolucionario buscaba fusionar la arquitectura con la naturaleza, utilizando líneas horizontales que se extendían en el paisaje, techos bajos con amplios aleros y una distribución fluida de espacios interiores y exteriores. La interconexión entre la estructura y su entorno se convirtió en un sello distintivo del estilo Prairie, reflejando la filosofía de Wright sobre la arquitectura como una extensión armoniosa de la vida.

Wright no solo dejó una marca en la arquitectura estadounidense, sino que también influenció el diseño arquitectónico a nivel mundial. Su enfoque en la sostenibilidad y la conexión con la naturaleza se adelantó a su tiempo. Lo orgánico de sus diseños, donde las estructuras se funden con la topografía y se integran con los elementos naturales, demuestra su preocupación por la sostenibilidad mucho antes de que fuera un concepto popular.

El estilo distintivo de Wright se caracteriza por la atención meticulosa a los detalles, la simplicidad de las formas y la integración de los espacios interiores y exteriores. Sus diseños fueron pioneros en la incorporación de elementos sostenibles. Utilizaba materiales locales y técnicas de construcción innovadoras para maximizar la eficiencia energética y minimizar el impacto ambiental. Su amor por la naturaleza se refleja en la utilización de luz natural, la incorporación de jardines y la integración de paisajes en sus edificaciones.

Wright dejó un legado arquitectónico excepcional que incluye obras icónicas en todo Estados Unidos y más allá. La Casa de la Cascada, en Pensilvania, es un ejemplo supremo de su genialidad, con su diseño que se integra con una cascada natural. La Casa de la Pradera en Wisconsin es otro monumento a su estilo Prairie, con sus líneas horizontales y su simbiosis con el entorno.

Casa Kaufmann de Frank Lloyd Wright, también conocida como Casa de la Cascada, en Mill Run, Pensilvania. Cortesía de Getty Images, Walter Bibikow

Casa de la Pradera de Frank Lloyd Wright en Wisconsin. Cortesía de Metalocus, José Juan Barba

Además, el Museo Guggenheim en Nueva York, una de sus obras más famosas, desafía las convenciones arquitectónicas con su forma de espiral única y su enfoque en la experiencia del visitante. El legado de Frank Lloyd Wright se extiende más allá de su fallecimiento en 1959. Su influencia perdura en generaciones de arquitectos que continúan siendo inspirados por su enfoque innovador y su compromiso con la sostenibilidad. Su impacto en la arquitectura moderna lo ha llevado a ser reconocido con premios y honores póstumos, consolidando su posición como uno de los arquitectos más influyentes de todos los tiempos.

Frank Lloyd Wright no solo dejó un legado arquitectónico excepcional, sino que también cambió la forma en que pensamos sobre la relación entre la arquitectura y la naturaleza. Su enfoque visionario, su estilo distintivo y su compromiso con la sostenibilidad continúan inspirando a arquitectos y diseñadores en la búsqueda de una arquitectura que armonice con su entorno. Su impacto perdura y su legado sigue siendo una fuente inagotable de inspiración y aprendizaje en el mundo de la arquitectura moderna.